☢️La guerra: ese hobby ancestral que no hemos podido dejar (y que tal vez nos aniquile por completo

 


🌍 Introducción: Bienvenidos al club de la autodestrucción

Hola, lector curioso (o masoquista), bienvenido a Teorías de Soak, ese blog donde el sarcasmo es gratis y la desesperanza, compartida. Hoy vamos a hablar de una de nuestras actividades favoritas como especie: la guerra. Esa cosa que hacemos cuando ya no queda café, cuando nos creemos dioses, o simplemente cuando un pedazo de tierra se ve demasiado provocativo como para no matarse por él.

En este artículo, vamos a diseccionar la guerra como si fuera un sapo putrefacto sobre la mesa del laboratorio de la historia. Vamos a contestar preguntas como: ¿En qué momento alguien siente que tiene derecho a apagar otra vida? ¿Somos así de nacimiento? ¿Qué pasa en el cerebro cuando matamos? Y, por supuesto, exploraremos el posible fin del mundo como guinda de este pastel radiactivo.


🔄 1. La guerra antes de la historia: ¿Ya matábamos sin civilización?

Spoiler: Sí. Mucho antes de que inventáramos el dinero, la Biblia o los influencers, ya estábamos clavadándonos flechas.

💀 Jebel Sahaba (~13.000 a.C.)

Un cementerio en Sudán lleno de cuerpos atravesados por flechas. Nada de ejércitos ni banderas, solo tribus peleando por el agua. Ya en ese entonces, matar era tan común como comer.

🌊 Nataruk (~10.000 a.C.)

Cerca del Lago Turkana, se encontraron cuerpos masacrados. Algunos creen que fue por comida, otros dicen que por mujeres. La realidad es que no necesitábamos mucho para sacarnos los sesos.

⛏️ Çatalhöyük (~7.000 a.C.)

La primera "ciudad". Ya con muros, clanes, y violencia organizada. Si la guerra es cultura, nosotros la llevamos tatuada en el ADN desde el Neolítico.


🧠 2. ¿Qué pasa en el cerebro cuando matamos?

Tu cerebro es una telenovela hormonal: miedo, placer, culpa... o la ausencia de ella.

  • Amígdala: alerta roja. Tu cuerpo se activa, adrenalina a mil. Mata o muere.

  • Corteza prefrontal: debería decirte "oye, no mates". En asesinos, está apagada o jodida.

  • Sistema de recompensa: algunos sienten placer. Sí, como comer chocolate. Pero con sangre.

En guerras, soldados que matan por primera vez entran en shock. Pero si lo hacen muchas veces, el cerebro se adapta. Es ciencia. Y da miedo.


🤦‍♂️ 3. Asesinos seriales: cuando el mal se convierte en hobby

No todos los que matan están en guerra. Algunos lo hacen por diversión, necesidad interna, o porque el horno de microondas les habló.

  • Psicopatías: carencia total de empatía.

  • Traumas: niñez infernal = adulto potencialmente peligroso.

  • Adicción al poder: quitar una vida se vuelve una droga.

Los asesinos seriales son minoría. Pero nos obsesionan porque nos muestran hasta dónde podemos caer si rompemos todos los frenos morales.


💬 4. Rusia, Ucrania, Palestina, Israel: el presente también sangra

Hoy no matamos por agua o gacelas. Matamos por "patria", por "historia", por "autodefensa". Pero el mecanismo es el mismo: Nos sentimos con derecho a destruir al otro para existir.

En Ucrania y Gaza, la tecnología no hizo al hombre más sabio, solo más eficiente en matar desde lejos. Drones, bombas inteligentes, pero decisiones igual de primitivas.


💣 5. La Tercera Guerra Mundial: lo que vendría después del clic rojo

⏰ Fase 1: la destrucción

72 horas, 500 millones de muertos. Ciudades borradas del mapa. El mundo se apaga. No queda nadie para actualizar Instagram.

☁️ Fase 2: invierno nuclear

Frío, oscuridad, cosechas muertas. Sin sol, sin comida, sin memes. Lluvias ácidas y canibalismo. ¡Un sueño hecho realidad!

🔥 Fase 3: tribus mutantes y religiones del fósforo

Los sobrevivientes viven en cuevas. Vuelven los mitos: "los dioses del fuego", "el tiempo del gran estallido". Adiós ciencia. Hola superstición.

🚔 Fase 4: la cuarta guerra

Ya sin electricidad ni historia, los humanos se organizan por clanes. Se matan con piedras, palos, fuego. Cumpliendo la profecía: la cuarta guerra mundial será con piedras.


🤔 6. ¿Podemos controlar nuestra naturaleza?

¿O estamos condenados a destruirnos una y otra vez?

Sí podemos. Pero no es fácil. Hay que educar, reflexionar, resistir al impulso de "yo primero". Es decir, hacer exactamente lo contrario a lo que dicta el algoritmo de TikTok.


💡 Conclusión: El enemigo está dentro, no en el otro

El problema no es Rusia, ni Israel, ni los psicópatas. El problema es esa vocecita dentro de nosotros que, cuando tiene miedo o poder, susurra: "mátalo, no pasa nada".

¿Queremos dejar de guerrear? Entonces hay que vencer al enemigo interno antes de pelear con los de afuera.

Mientras tanto, sigamos escribiendo teorías, que la realidad está peor que cualquier ficción.

Nos vemos en el apocalipsis, o en el próximo artículo. Lo que llegue primero.


Por Soak.

Donde reímos para no llorar.


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